En el marco de nuestra colección exclusiva para Bibliotecas CRA 2025, conversamos con la escritora Verónica García, autora de Solito, un poema narrativo que pone en el centro la potencia de la poesía para las infancias. En esta entrevista, García reflexiona sobre el valor estético del lenguaje, la soledad como experiencia vital, y el rol del arte en la formación de una mirada crítica. Solito no es solo la historia de un árbol que crece en medio de la estepa: es una invitación a leer con todos los sentidos, a detenerse, observar y dejarse afectar.
1. ¿Cómo crees que este libro aporta a la literatura infantil y juvenil?
Aporta, en primer lugar, en su concepción literaria, es decir, en ofrecer literatura a lectores y lectoras infantiles y juveniles.
Aporta también en proponer una experiencia estética a través del lenguaje poético, ampliando el portfolio de libros de poesía para las infancias, que tantas veces es considerada como la prima lejana de la narrativa. El contacto con la poesía es mucho más plástico en la niñez, cuando aún conservamos esa capacidad de juego, en este caso con el lenguaje. Y esta experiencia será la semilla de una relación del lector con el género.
2. ¿Para qué edades recomendarías este libro y por qué?
El tema de las edades, en mi opinión, depende más del recorrido lector de cada niño, niña o joven, que de su edad propiamente dicha. En ese sentido, en el marco de un poema narrativo, las imágenes poéticas, las figuras, los juegos del lenguaje invitan a un lector que tenga iniciado este camino lector. El epígrafe inicial le da voz a un niño que en una ruta ve desde la ventanilla de su auto a un árbol solo, a lo lejos, y se lo hace notar a su mamá. No suelo pensar en las edades de los lectores, al menos al comienzo de un proyecto, pero podría decir que imagino en ese niño a un posible lector.
Y quiero mencionar a los adultos, claro. Espero que Solito conmueva a todo lector que disfrute o se anime de la poesía.
3. ¿Qué te emociona más sobre la llegada de tu libro a Chile y a nuevas lectoras y lectores?
En general celebro siempre llegar a nuevos lectores y lectoras, y en particular, si esos lectores son de otro país, porque me da curiosidad cómo se leerá en otras latitudes un universo creado desde mí y desde aquí. Pero esta vez no es cualquier país, sino con el que somos vecinos patagónicos y Solito es un árbol que vive en la estepa patagónica argentina, por lo cual algunas de las situaciones o personajes pueden resultar conocidos a lectores y lectoras chilenos.
4. ¿Cuáles son los temas clave que aborda y por qué son relevantes para la educación?
El mismo título podría invitar a abordar cuestiones a partir de la soledad. ¿Quién está solo?, ¿qué o quiénes son compañía?, ¿qué es pasajero?, ¿qué es permanente?, el paso del tiempo, la vida, la muerte…
Respecto a lo relevante de las mismas para la educación, pienso que no son cuestiones significativas per se, sino en su aporte a la construcción de un mirada propia, crítica, sobre esta historia en particular y sobre el mundo en general. Finalmente esto es lo que el arte y la literatura proponen.
5. ¿Cómo crees que este libro puede motivar a niños y niñas a desarrollar el gusto por la lectura?
La única motivación posible para mí es que con el libro les “pase algo”, y ese algo no será necesariamente lo que yo como autora crea o quiera.
Si ríen, lloran, se enojan, incomodan o empatizan, esa huella en el cuerpo, sea en ideas o emoción, les dirá que la lectura es algo que los desafía, interpela o conmueve. Que entran a un texto de una forma y salen de otra. Y ese movimiento, seguramente les dé ganas de más.
6. Si tuvieras que recomendar este libro en una frase a un padre, docente o bibliotecario, ¿qué dirías?
Les diría que hasta que los humanos dejemos de habitar el mundo como islas, la poesía y la historia de Solito pueden ser una hermosa compañía.
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Con palabras precisas y sensibles, Verónica García nos recuerda que la poesía también es territorio de niños y niñas, y que Solito puede ser un puente para despertar emociones profundas, incluso desde el silencio.
Su llegada a las bibliotecas CRA amplía el repertorio de lecturas significativas disponibles en las aulas y salas, y se convierte en una herramienta valiosa para mediadores que buscan libros que dejen huella.